En los últimos diez años, los casos de pederastia que involucran a sacerdotes –en uno de ellos hubo incluso un asesinato– han movilizado a la conservadora sociedad potosina: salió a las calles, realizó manifestaciones y protestó para defender a los religiosos que han tocado la prisión de manera temporal. Pero el caso de Eduardo Córdova Bautista ha unido aún más a San Luis Potosí que en el pasado. Ahora es en contra. La condena social aparentemente es unánime.
El sacerdote, un socialité relacionado con políticos y altos jerarcas católicos al que se acusa de cerca de cien casos de abuso sexual contra menores, parece quedarse solo...
Por Jaime Hernández
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San Luis Potosí, 22 de mayo (SinEmbargo/Pulso).– Los potosinos no son ajenos a los escándalos de la pederastia clerical como el que actualmente sacude a esta sociedad usualmente cerrada y conservadora: el del padre Eduardo Córdova Bautista.
En los últimos diez años se han registrado al menos tres casos semejantes en la zona metropolitana de la capital y en Soledad de Graciano Sánchez, un municipio que colinda con San Luis Potosí y con Villa Hidalgo. Incluso hubo uno en el que la víctima, una joven alumna de un colegio dirigido por la orden salesiana, fue violada y asesinada.
Sin embargo, con toda la gravedad que pudieran revestir los otros casos, el de Córdova Bautista tiene una clara diferencia: que aquellos, en menor o mayor medida, generaron confrontación en la sociedad potosina. Hubo sectores que defendieron la inocencia de los religiosos involucrados y se unieron a la Arquidiócesis, aún cuando la evidencia llevó a dos sacerdotes a prisión.
En contraste, tras las denuncias de una lo que presuntamente es una larga carrera de pederastia –que acumula hasta el centenar de casos en 30 años–, Córdova Bautista, quien fue el representante legal de la arquidiócesis e informalmente el contacto entre el poder político y el religioso; maestro en varios colegios católicos de alcurnia y el sacerdote preferido de la clase acomodada de la capital potosina, se ha quedado casi solo.
Ni una asociación da la cara por él. Ninguna sociedad de padres de familia, ni una línea en redes sociales parecen respaldar al sacerdote.
Esta condena casi unánime es inédita para la sociedad potosina.
LOS TRES PADRES
A mediados de junio de 2004, cuatro niñas de la primaria del Instituto Potosino –en el que años antes laborara Córdova Bautista y en donde presuntamente cometió la mayoría de los abusos de los que se le acusa– denunciaron al director, el sacerdote marista Carlos González González.
Las autoridades judiciales del gobierno estatal, entonces a cargo del panista Marcelo de los Santos Fraga, lo detuvieron y lo arraigaron.
La reacción de la comunidad de ese centro educativo fue rápida y en un solo sentido: defender al sacerdote, a través de desplegados y con algunas manifestaciones. Protestaron en contra de su encarcelamiento.
El arzobispado potosino también abogó por él. Pero el apoyo mayor vino de la comunidad del Instituto Potosino, a tal grado que las familias de las niñas presuntamente afectadas tuvieron que sacarlas del colegio.
Y en julio de 2004, tras el pago de una fianza de 132 mil pesos, el sacerdote salió libre. Se reintegró a las labores administrativas del colegio.
El caso de empantanó y naufragó en los laberintos del sistema judicial potosino.
Todavía en 2008, la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés) reclamó a De los Santos Fraga y al entonces arzobispo Luis Morales Reyes la protección brindada al acusado.
La mañana del 22 de octubre de 2007 fue descubierto dentro de uno de los salones del Instituto Salesiano Carlos Gómez el cuerpo de la alumna Itzachel Shantal Gonález González, de 16 años de edad y cursante del primer año de bachillerato. Su cadáver presentaba huellas de violación.
La defensa legal de los salesianos la tuvo en ese entonces Cándido Ochoa Rojas, quien en 2009 sería nombrado Procurador de Justicia del gobierno del priista Fernando Toranzo Fernández. Casi dos años después, el 7 de octubre de 2009, el sacerdote salesiano José Carlos Contreras Rodríguez fue capturado por la dependencia dirigida por su ex abogado y presentado como presunto responsable del crimen.
La acción desató una reacción más airada que en el caso del marista. Fue iniciada por la comunidad de religiosos salesianos, pero también recibieron apoyo de maestros y alumnos, que realizaban “peregrinaciones” (su manera de llamar a las marchas) al Palacio de Gobierno. Clamaban por su “inocencia”.
También tuvieron presencia en redes sociales, particularmente en Facebook.
En su defensa participó incluso la Asociación de Abogados Católicos de México. Armando Martínez, presidente de esa agrupación, se convirtió en visitante frecuente de San Luis Potosí, en donde organizaba incendiarias conferencias en las que criticaba al ex defensor del sacerdote y Procurador.
Contreras Rodríguez pasó cuatro años recluido en el Centro de Readaptación Social de La Pila, la principal cárcel del estado. Las acciones de sus abogados rindieron fruto el 21 de agosto de 2013, cuando la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó la “inmediata y absoluta libertad” del religioso.
Los magistrados encontraron los indicios aportados por la Procuraduría “fuera de lógica” y “carentes de sentido común”.
Contreras Rodríguez se reintegró a sus labores en el Instituto Salesiano y, hasta ahora, el asesinato de la joven Shantal es un crimen sin culpable.
El más reciente caso de esta naturaleza en San Luis, hasta antes del de Córdova Martínez, fue el del padre Noé Trujillo, adscrito a la parroquia de Nuestra Señora de la Soledad, en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez, conurbado a la capital.
El 22 de febrero de este año, elementos de la Policía Ministerial acudieron a la parroquia ante las denuncias de la madre de una adolescente de 14 años de que el sacerdote, con engaños, la llevó a un despoblado y la violó.
Los policías sólo encontraron el auto del religioso, quien desde entonces fue considerado prófugo. El arzobispado potosino, por vía de su vocero Juan Jesús Priego Rivera, lo conminaba a entregarse, pero reprochaba también que se le hubiera culpabilizado sin pruebas.
Más vehementes fueron los feligreses de Trujillo. Más de 200 se manifestaron en las calles de Soledad, afirmando que era inocente y exigiendo el cese de su persecución.
No fue hasta marzo en que reapareció con un amparo en contra de cualquier acción legal en su contra.
Su caso sigue en proceso.
TODO EN CONTRA
Unos días después, estalló el caso Córdova.
El 9 de abril, el ex sacerdote Alberto Athié Gallo, conocido por su batalla moral de develar los casos de pederastia cometidos por el líder de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, denunció en el noticiero de Carmen Aristegui en MVS que Córdova Bautista era responsable de más de cien casos de pederastia en San Luis Potosí, cometidos a lo largo de 30 años.
En la semanas subsiguientes, empezaron a surgir detalles de los casos hasta llegar a los testimonios de víctimas con nombre y apellido que acusaron al religioso de ser un “depredador sexual”.
El vocero arzobispal Priego Rivera, un sacerdote que en sus homilías llama “Crimen Aristegui” a la periodista por sus constantes críticas a la iglesia, descalificó de inmediato los señalamientos.
Calificó de “rencoroso” a Athié y de “escandalosa” Aristegui.
A lo largo de los días, el vocero persistió en su airada defensa, aunque no exenta de contradicciones, como cuando señaló que la iglesia potosina no tenía conocimiento de denuncias y al día siguiente, el actual arzobispo, Carlos Cabrero, admitió que había testimonios y hasta un expediente abierto contra Córdova.
Pero, a diferencia de los tres casos anteriores, el arzobispado se quedó sólo en su defensa.
Ni en las escuelas por las que pasó Córdova Bautista, ni los fieles de las parroquias en las que ofició reaccionaron a favor.
DEL REPUDIO PUNTO COM...
En el ciberespacio, el juicio fue unánime. Los chats privados de Whatsapp, los mensajes de Twitter y los muros de Facebook empezaron a circular duros comentarios comentarios contra el sacerdote y la iglesia potosina.
Los textos que se pueden encontrar en las redes son elocuentes:
“Y la iglesia dice que no hay nada que perseguir, pero tienen un enorme expediente con las pruebas de los delitos de ese cabrón”.
“Déjame enseñarte a Jesús, lo traigo en la entrepierna: Padre Eduardo Córdova”.
“Primero se decía por cierta parte de la sociedad... Quienes acusan al padre Cordova no dan la cara... Pues bien, Ya la dieron!!!”
“¡Jóvenes que no callaron, muy valientes y eso deben hacer todos, denunciar a sacerdotes pederastas!”
“Que coraje !! Pero que bueno que toda la sociedad potosina haga presión para que este tipo de personas no caminen libres por la calle!! Felicidades a los que no les da pena denunciarlo, por que pudo haber sido cualquiera de nosotros !! se requiere de mucho valor para hacerlo. Mis respetos”.
“Debió suspendido, enjuiciado y encarcelado en su momento y no mil victimas después. Hoy en día aún protegido por la iglesia y el vaticano; y con esta postura en lugar de conservar seguidores la iglesia lo único que ya consigue es repudio y mas gente que despierta de su letargo como borregos seguidores. O tu le confiarías tu hijo a un seminario o a un sacerdote?? YO ni para confesión!!! Creo que ya no es cuestionable el por que la iglesia cada día tiene menos fieles”.
“Cuidemos a nuestros hijos de estos ,@$#& como le llamare para que no se moleste la gente ? Tal vez súbitos del diablo. No dejen a sus hijos solos ni catecismo ni nada nadie más los cuidará como tu mismo. Y este tipo que lo excomulguen y lo metan en la pila para que también le quiten el estrés”.
...AL “YA BASTA”
En suma, las redes sociales y los chats privados se llenaron de condenas en contra del sacerdote acusado de cerca de cien casos de abusos, y se saturaron con elogios a quienes se atrevieron a denunciarlo.
Las mismas denuncias, realizadas por Humberto Abaroa y Gunnard Moebius, las primeras víctimas de Córdova Bautista que aceptaron dejar el anonimato, dieron impulso a más personas para repudiar al sacerdote.
A la conferencia de prensa convocada ayer con los dos jóvenes, el líder de la organización Iniciativa Ciudadana, Luis Nava Calvillo, que coadyuva con su estrategia de defensa, el ex sacerdote Athié Gallo y la periodista Sanjuana Martínez, que ha divulgado testimonios de presuntas víctimas, acudieron más simpatizantes que reporteros.
Un grupo de alumnas del Instituto Potosino, colegio donde presuntamente Córdova Bautista cometió algunos de sus abusos, fueron con uniforme y presentaron pancartas con leyendas como “¡Ya Basta, Córdova Pederasta!”, “El que calla es cómplice” o “Córdova a la cárcel”.
“A nosotros, nadie en la escuela nos habla del padre Córdova”, dijo una de ellas, “Es un tema que no se toca. La dirección, los maestros lo ignoran. Pero entre nosotros sí que lo hablamos”.
“Es que las víctimas tenían nuestra edad, y si no exigimos justicia, podría ocurrir de nuevo”, secundó otra.
El salón dónde se desarrolló la reunión estuvo poblado de mujeres de clase alta, que por muchos años tuvieron como preferido a Córdova Bautista para sus bautizos, primeras comuniones y bodas.
Gabriela Dorador, una de las asistentes, se afanó en recoger papelitos con correos electrónicos y teléfonos. Ella es parte del grupo que busca ir más allá con las acciones, como la de publicar desplegados en la prensa.
–¿Cuál fue el impacto del caso Córdova –se le preguntó a Dorado.
–De indignación por ver el cobijo que le dan las autoridades religiosas y civiles a este pederasta. Por eso queremos, como potosinos, sentar un precedente, para que otros enfermos como Eduardo Córdova lo piensen dos veces antes de cometer sus delitos.
Otras expresiones así se fuertes se han expresado en la capital potosina. Por ejemplo, un espectacular fue colocado en una calle importante de la ciudad, pero fue retirado sin explicación por el gobierno local.
La Procuraduría potosina ha dicho que “pedirá el expediente” a la iglesia, lo que significa que ni siquiera lo ha integrado aún cuando, desde hace años, el religioso es acusado por abuso sexual contra menores.
De Córdova se desconoce su paradero. Aunque era reconocido “socialité”, tampoco se ha presentado en eventos públicos o religiosos.
El sacerdote es Consejero Ciudadano de Transparencia y Vigilancia para las Adquisiciones y Contratación de Obra Pública del gobierno local.